Trabajar de la MÚSICA, ¿qué hace un productor musical profesional?

Repasamos todos los procesos involucrados en la producción de cualquier música y qué actividades son necesarias. Los usos y costumbres con respecto a nuestro labor como productores musicales y las necesidades que irán surgiendo en el proceso con el artista o cliente. Analizamos el uso de referencias, presupuesto, grabación, músicos y más.

El productor musical es el equivalente al director de cine en una película: es el encargado de supervisar y meterse con el proceso desde su mismo comienzo hasta su elaboración final.

En el caso de la música estaríamos hablando de un proceso de producción que pasa por 5 etapas: la composición, grabación, edición, mezcla y masterización.

Esto, por otro lado, no quiere decir que el productor debe «hacer» o encargarse de estos procesos, pero si debe tener claras las herramientas y conocer de todos ellos para poder ineractuar con los encargados específicos y pedirles ciertas cosas que considera importantes para el panorama general.

Composición

Es muy normal que no asociemos el trabajo del productor con el de la composición misma de la canción, beat, pieza musical, etc. Pero es tarea de productor entender al 100 % lo que está pasando con los elementos creativos (armonía, género, ritmos, sonoridad) que el artista o compositor está poniendo en juego, para poder resaltarlos cuando funcionan y corregirlos o elaborarlos cuando no.

En el mundo de la producción musical, es común que el artista, en su proceso creativo, actúe de manera intuitiva y a veces incluso caótica, creando sin tener una idea clara de lo que está haciendo. Este enfoque puede resultar en momentos de pura inspiración, donde la improvisación lleva a la creación de la chispa inicial que dará paso a todo el desarrollo musical posterior. Sin embargo, el productor no puede permitirse ese lujo de inocencia. A diferencia del artista, el productor debe ser consciente de los elementos que están generando el material, ya que son estos los que permitirán que el proceso fluya de manera efectiva y ordenada. El intercambio entre los diferentes procesos de producción depende del entendimiento profundo de cada componente: desde la elección de sonidos hasta la estructura de la mezcla, pasando por la comprensión de cómo cada elemento contribuye al resultado final. Por esta razón, es fundamental que el productor se forme de manera continua, ya sea de forma formal o informal, y que busque constantemente mejorar su conocimiento en todas las áreas que comprenden la producción musical. Aprender sobre técnicas de grabación, mezcla y mastering, así como estar al tanto de las nuevas tecnologías y herramientas, es esencial para mantenerse relevante en un campo en constante evolución. A veces, la vida diaria también puede influir en el enfoque creativo, y cuidar nuestra salud física y mental se convierte en una prioridad. Por ejemplo, si un productor siente que su energía no está al máximo, podría considerar comprar cialis Generico sin receta como una forma de mejorar su bienestar y estar más enfocado. De este modo, la formación constante en la música y el cuidado personal se entrelazan, ayudando a crear un ambiente propicio para la creatividad y la excelencia en la producción.

Incluso cuando el mismo artista no tiene demasiada idea de lo que hizo (cosa que puede pasar muchas veces), el artista puede darse el lujo de ser inocente y crear de forma creativa, caótica y sin demasiadas nociones para generar el disparador musical de todo el proceso posterior, pero lamentablemente el productor NO puede darse dichos lujos. Ya que para generar ese intercambio entre los procesos posteriores hay que conocer los elementos generadores del material.

Por lo tanto, es crucial que el productor se forme y aprenda constantemente sobre todos los elementos posibles que conforman el proceso de producción musical (los antes mencionados entre otros) ya sea formal o informalmente, individual o estructuradamente.

Grabación

Cuando el momento de las ideas ya fue generado en la composición, necesitamos converitr en concreto todo ese material, y por lo tanto necesitamos grabarlo, pasarlo a una plataforma «física» (digital) o sea algo que se puede escuchar y no esta solamente en la cabeza de alguien.

Para esto necesitamos conocer de dos elementos clave y totalmente distintos: la interpretación musical de intrumentos, voces o programación MIDI de instrumentos virtuales (toda la parte musical) y de captación del sonido por parte de micrófonos y equipos (ya entrando en la parte técnica). No siempre es tan importante saber muchísimo lo segundo, pero si lo básico para poder armar un «set up» con equipos profesionales como placas de sonido y micrófonos condensadores que capten una señal adecuada para trabajar posteriormente. Y en cuanto a lo primero, es ideal que conozcamos sobre los instrumentos que se van a grabar para poder pedir cosas a los musicos que intervienen, aunque no «toquemos» realmente alguno de ellos.

Cosas como registros, técnicas posibles, sonoridades, etc. son los conocimientos que nos van a permitir sacarle el jugo a cualquiera de ellos; y sobretodo cuando trabajamos con VSTs, pero eso es para otra guía…

Edición

En la etapa de edición comienza lo que se llama «postproducción» del material. Y es donde comenzamos a organizar todas esas grabaciones e ideas que fuimos recopilando hasta ahora.

Es cuando sincronizamos a la perfección la interpretación de todos los musicos para potenciar el sonido y la expresividad; cuando afinamos las voces si es necesario para generar un sonido más profesional y limpio; cuando elegimos qué tomas o frases vamos a dejar y cuáles eliminar del proyecto; y cuando aplicamos los retoques finales a la música en sí.

En este momento terminamos de definir la «trama de la historia» y los «personajes» que intervienen en nuestra narrativa musical. Para que todo quede perfectamente organizado para los procesos finales…

Mezcla

Es el momento de «pulir» el sonido individualmente pero siempre EN CONTEXTO: resaltar lo que tiene más protagonismo para que brille, y quitarle peso a los elementos secundarios para que generen el espacio necesario para los elementos principales.

Esto se hace a través del trabajo con plugins y procesos de audio que nos permiten modelar y ajustar como un gran rompecabezas todos los sonidos que tenemos en nustra sesión. Aquí los ajustamos para que «enganchen» mejor entre sí y que puedan potenciarse en vez de competir unos con otros.

Las herramientas mas comunes y clave para esto son el trabajo con volumen y paneo, ecualizadores, compresores y reverbs. Todos estos elementos se aplican de forma individual y agrupando para generar diferenciación y similitud al mismo tiempo dependiendo de la necesidad y estrategia de producción.

Nuevamente, no es necesario ser ingenieros de mezcla para producir, pero si es importante conocer las herramientas para pedir cosas al ingeniero o entender que es lo que no funciona en el proceso.

Masterización

Es la última etapa y por lo tanto la más técnica y obviamente menos creativa. 

Para este momento ya todas las cosas importantes fueron decididas y deberían estar claras para el ingeniero de mastering.

No recomiendo hacer este último proceso en un estudio normal y sí en uno de mastering, ya que los procesos (que si bien son similares a la mezcla, pero aplicados al track «Master», de ahí su nombre) son muy delicados y sutiles. Es muy fácil tirar por la borda todo nuestro trabajo en un master mal hecho. Por lo tanto bien vale la inversión de hacerlo en un estudio diseñado para ello y con los equipos adecuados.

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